“Este libro comenzó
a gestarse en San José de Costa Rica en mayo de 2001, durante el
Congreso Iberoamericano de Editores organizado por la Cámara del Libro
de aquel país y el Grupo Interamericano de Editores. Surgió, como la
mayoría de las obras que se publican o, en ocasiones, se "encargan a los
editores, motivado por un deseo. El deseo de leer un libro – que no
pretende ser el definitivo, por cierto – sobre un tema que nos atrae,
que nos obsesiona y, por qué no decirlo, nos apasiona: la formación
profesional de editores.” (p.11.)
Con estas palabras
nos adentramos en el Prólogo de un libro que me ha impresionado mucho.
Como los mismos compiladores dicen, son muy pocos textos acerca del
trabajo editorial en español. Y el tema – la formación de editores – es
para nosotros, editores cristianos, una preocupación especial. Los
editores seculares, contribuyentes de este volumen, ‘se obsesionan’ por
mejorar la calidad del aporte cultural del libro. El editor cristiano
¿estará motivado por el deseo de comunicar con claridad total las buenas
nuevas de salvación, la puesta en práctica de las verdades bíblicas, y
por hacer todo ‘para la honra y gloria de Dios’?
El libro consta de
aportes de algunos de los más experimentados editores del mundo
Ibero-Americano, y abarca todas las facetas del proceso editorial.
Algunos capítulos son
más básicos, pero no menos valiosos. Para editores nuevos proveen un
panorama general, que permite organizar conceptos, y detectar las
lagunas de conocimiento. Para editores experimentados les provee un
resumen o una especie de lista de control, para evaluar facetas de
nuestra institución. Cada capítulo incluye una bibliografía, y en
algunos casos recursos de la Web. En pocas páginas Fernando Esteves Fros
y Jorge Vanzulli, por ejemplo, dan una clase maestra de ‘Administración
de una empresa de cultura’. Se me ocurrió que la sección sobre ‘costos’
sería sumamente útil para los autores que muchas veces no entienden
como si fija el costo de un libro. (Todavía existen quienes piensan que
nosotros los editores nos volvemos millonarios con las joyas literarias o
teológicas.)
Otra sección fabulosa
para escritores cristianos es justamente la ‘guía para autores’ adjunta
al capítulo escrito por Guillermo Schavelzon. La guía se llama ‘Cómo
hacer para ser publicado’ e incluye recomendaciones muy sanas de cómo
hacer el primer contacto con una editorial. El primer paso es una carta
de presentación, de una sola hoja, y – en el caso de interés de parte
del editor – cómo armar una propuesta editorial, que incluya un resumen
del libro, el índice (es decir ‘contenido’, en otros países), un resumen
de libros comparables (mostrando que el autor sabe lo que ya existe, y
puede explicar por qué su libro es diferente) e información del
‘mercado’ o quienes serán los compradores del libro. La guía termina con
una selección de recursos para escritores, en Internet o bibliografía.
La
riqueza del libro también estriba en varios capítulos de reflexión
acerca de los cambios en el mundo editorial. Voy a mencionar solo dos.
El capítulo de Guillermo Schavelzon ya mencionado, aparte del apéndice
para escritores, consiste en una reflexión sobre el trabajo editorial.
Las editoriales en América Latina empezaron sin mucho aporte
estrictamente en lo editorial: la mayoría de los textos salieron a la
luz sin retoques ni guía editorial. En las últimas décadas la
experiencia ha mostrado que un trabajo editorial resulta en libros más
legibles, más coherentes, y, porque no decirlo, ¡más vendibles! Este
logro – que recién esta implementándose en muchas casas cristianas –
está justamente bajo mucha presión en las editoriales grandes. Es tanta
la presión de los muchos manuscritos y de fuerzas que dan prioridad a lo
empresarial, que el editor se siente exprimido e incapaz de responder
como quiere. Frente a esta situación Schavelzon no aboga por disminuir
el aporte editorial, al contrario. Pero plantea que se traslada parte
del proceso de acompañamiento y edición de la casa editora, a un rol de
un ‘agente literario’: un ‘mentor’ que trabaja con el autor, y a la vez
le representa con las editoriales. Puede ser que no se pueda aplicar al
mundo del libro cristiano, pero me parece importante escuchar las
experiencias del mundo editorial en general, y abrirnos a posibles
sistemas alternativas. Lo importante es que tengamos buenos libros bien
editados.
Son muchos los textos
universitarios sobre Marketing en general. Pero como dice Juan Carponi
Flores en “Breve introducción al marketing, para editores” el mundo
editorial no es como fabricar muebles o yogures. Carponi dice que muchas
veces las editoriales se han concentrado tanto en el producto – el
libro bien editado – y no tienen departamentos de ‘marketing’. Dice que
necesitamos pensar en qué consiste el ‘negocio’ editorial: ¿qué queremos
hacer al publicar un libro? ¿a quienes queremos alcanzar? y ¿qué
queremos aportar a nuestros lectores? Sin un esfuerzo por indagar las
necesidades reales de nuestro ‘público’, y entender el comportamiento de
esa misma gente, será muy arriesgado. En el mundo cristiano todos los
editores tenemos mucha pasión por los libros no siempre ha sido posible
acompañar está pasión por un entendimiento de nuestros lectores. Tanto
este capítulo, como otro sobre ventas, incluyen algunas ideas prácticas.
No tenemos espacio
para comentar otras secciones. Muchos capítulos servirían muy bien en
una capacitación interna. Todo el equipo podría leer un capítulo, para
luego discutirlo en grupo. Algunos ideas no se aplican a editoriales
cristianas, y otras son controversiales. Contiene algunos argentinismos y
neologismos lindos y útiles. (Me gusta ‘paratexto’: lo que el lector
capta del diseño general y vistazo inicial de la página). En resumen, es
un libro para leer, estudiar y usar para entrar en diálogo.
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